Cosas de casa
José: ¡Julian!
Julian: ¿Sí?
José: Tienes que ayudar más en la casa.
Julián: sí, lo sé, pero es que odio las tareas domésticas.
José: Yo no las disfruto, pero tengo que hacerlas, y yo no vivo solo.
Julián: Está bien, haz un horario para repartir los deberes.
José: ya lo hice.
Julian: ¡Por Dios!
Lunes, miércoles y viernes cocinas tú. Los demás días cocino yo.
Limpiamos el piso dos veces a la semana. Los martes limpias tú, los sábados limpio yo.
Lavamos una vez a la semana. La semana que lavamos, debemos doblar la ropa y planchar, no la dejamos hasta la próxima semana. ¿Entendido?
Julián: Entendido.
José: Los días que cocinas, yo lavo los platos, y los días que cocino yo, los lavas tú.
El baño lo limpiamos interdiariamente. Lavamos el retrete, fregamos el piso, limpiamos las paredes, el espejo, y lavamos el lavamanos. Cuando fregamos los platos, lavamos el fregadero, no lo dejamos sucio. También hay que limpiar bien la meseta, lavar la estufa y las hornillas.
Por cierto, ¿puedes limpiar el microondas cada vez que lo usas?
Julián: ¡Ajá!
José: Cuando te quites la ropa, ponla por favor en el guardarropa, no se dejan en la silla, y los zapatos en la zapatera, no se dejan en el piso, en la sala o delante del sofá.
De vez en cuando, puedes sacar la basura, eso siempre lo hago yo.
Julián: Está bien, está bien.
José: Pues puedes empezar a limpiar, ahí están la escoba, el trapeador y la pala de recoger la basura.
Julián: No discutas tanto, te vas a poner viejo temprano.